Arenas Blancas VI- El Jinete
Le has dejado ir con el jinete,
Y yo, con mi blanco caballo y mis manos ensangrentadas,
Te he robado de nuevo.
Le he dado un arma,
Y le he robado el alma.
Madre de porteador de muerte,
Madre de creador de lamentos,
Me das un niño, y te devuelvo un monstruo.
Bajo estandartes enmohecidos,
Bajo himnos sin sentido,
Los llevaré a la eterna batalla,
Da igual el nombre,
Da igual el lugar,
Da igual porqué.
Un día me llevé a sus padres,
Los bañe en sangre de enemigos y amigos,
Y vi como las arenas blancas bebieron el sacrificio.
Ahora llevo a sus hijos,
Mientras siguen los pasos de sus ancestros,
Bajo el lamento de viudas,
Los dirijo de nuevo a las arenas,
Allí donde una vez yo también marché,
Y de donde, para maldición de muchos, volví.
No soy más que un viejo decrépito,
No empuño ya mis armas,
Pero mi caballo nos guía igual,
Quiere volver a ver los lobos luchar,
Escuchar los gritos de odio y terror,
Quiere ver las arenas beber otra vez.